Las fragancias europeas son sinónimo de tradición, elegancia y sofisticación. Las casas perfumistas francesas como Guerlain, Chanel y Dior han establecido los estándares de la alta perfumería, destacándose por el uso magistral de materias primas nobles y técnicas refinadas transmitidas por generaciones. Los perfumes italianos aportan sensualidad mediterránea y frescura cítrica, mientras que las creaciones británicas suelen incorporar notas florales elegantes y hierbas aromáticas tradicionales.