La perfumería nicho es el segmento más joven de la industria del perfume, cuyos primeros representantes se dieron a conocer a finales de los años setenta y principios de los ochenta. L'Artisan Parfumeur, Diptyque y otros se oponían principalmente a las líneas de perfumes «comerciales» de las casas de moda, haciendo hincapié en la independencia, la libertad de pensamiento artístico y el carácter experimental de las composiciones.
Se creía que los perfumes nicho eran más complejos y exigían de su propietario no sólo el conocimiento de su historia, sino también la presencia de un gusto más desarrollado; con el tiempo, incluso gracias a la «democratización» del segmento, la ampliación de la geografía de las marcas y la aparición de composiciones más sencillas, esta idea dejó de ser pertinente.
En casi 50 años, el nicho se ha convertido en un actor visible e importante en el proceso de la perfumería. En los últimos años, su influencia en el segmento del lujo se ha hecho cada vez más tangible: si antes el interés de las grandes marcas por él se manifestaba principalmente en el lanzamiento de colecciones «de altura» (Dior Haute Parfumerie, Armani Privé, etc.), ahora es evidente en el trabajo sobre lanzamientos regulares (ejemplos: la manzanilla Mémoire d'une Odeur de Gucci, la línea Maison Martin Margiela, etc.).
Además, no hay que olvidar que antes de la aparición de las corporaciones, podían considerarse marcas «nicho», es decir, independientes, por ejemplo, Guerlain, Caron, etc. - todas aquellas que se dedicaban al desarrollo de fragancias de forma independiente, sin «intermediarios».